sábado, 16 de abril de 2011

Fraudes y clientelas: Una reflexión del sistema electoral de la UNMSM

Policarpo Ccanre Salazar

El presente artículo es una reflexión  sobre una serie de problemas que se evidencian  en mayor medida en épocas electorales, donde ha de escogerse a las autoridades como el rector, los decanos y representantes de profesores y estudiantes, en la Universidad  Nacional Mayor de San Marcos(UNMSM). Problemas como:  los fraudes , las clientelas[1],la falta de legitimidad de las autoridades, el desgobierno, el desorden, y por último, la compra de votos, que en suma son una barrera para que se consolide la institución en el cumplimiento de sus fines, beneficiando la sociedad.

Estos problemas en la actualidad son vistos como algo común, y que a través del tiempo se han ido legitimando por la práctica entre autoridades, profesores y estudiantes a excepción de algunas personas. Por ello, la óptica que se impuso  a lo largo de estas décadas, en la administración y funcionamiento de la Universidad, está cargada de todos estos aspectos, que a nuestro punto de vista impiden el desarrollo y la consolidación de una institución trasparente y democrática, cuyo fin debe ser formar profesionales, fomentando la investigación en cada uno de sus áreas.

¿Qué condiciona a que se siga reproduciéndose todos estos problemas, en la praxis de las personas que intervienen  en la dirección de la Universidad, sobre todo en épocas electorales? Es difícil responder  a la pregunta, pero debe haber algo que nos permita explicar esta dinámica, y que a la larga sean vistos como algo convencional, “aceptado” por todos. De la misma forma seria interesante entender esta dinámica conflictiva en tiempos electorales donde ésta se agudiza. En el intento de explicar  todo ello, encontramos múltiples factores[2], sin embargo, sólo nos vamos a referir a uno de ellos por la brevedad del artículo. Creemos que una de las causas de estos problemas surgen como producto del sistema electoral, el mismo  que condiciona la forma de organización administrativa y la elección de autoridades en la Universidad.

La elección  de las autoridades en la UNMSM es a través  del sistema electoral  indirecto, esto significa que todo el proceso electoral se lleva en diferentes elecciones: primero, las elecciones estudiantiles; segundo, la elección de los decanos en los Consejos de Facultad, y por último la elección del rector. En estas tres etapas se van depurando tanto a los electores como a los candidatos. Las elecciones en las facultades son inclusivas porque los estudiantes participan directamente en la elección de sus representantes. Sin embargo, son excluyentes en las dos etapas posteriores. Es decir, en la elección de los decanos, y como punto culminante, en la elección  del rector. Este mismo sistema indirecto, de acuerdo a nuestro punto de vista, es uno de los múltiples factores que condicionan los problemas indicados, ya que la elección del rector y los decanos de cada Facultad, al tratarse de indirectas, necesariamente conllevan a la existencia de alianzas, para lo cual deben mover sus redes clientelares, negociándose de por medio intereses personales más que institucionales. Así, no sólo se evidencian las clientelas, sino de la misma forma se dan los fraudes electorales. Y para este caso citemos como ejemplo el hecho que ocurrió en las elecciones de los miembros para la Asamblea Universitaria que se dio en mayo del año 2010.
Luego de llevarse la elección, al día siguiente de la misma, se denuncio que el Comité Electoral de la UNMSM pretendía imponer un fraude, al dar como ganador a la lista Nº5 (Frente Unidos) frente a la lista Nº1 (Acuerdo Institucional) que según el conteo general del día de la elección,  habría obtenido mayor votación. De la misma forma, uno de los hechos que se muestran por la práctica de este sistema indirecto, es lo ocurrido en la facultad de Ciencias Sociales posterior a las elecciones generales de mayo. Pasado las elecciones estudiantiles, a través de un Consejo de Facultad se eligió a un decano, el sector estudiantil que perdió en las elecciones estudiantiles mostró su desacuerdo total  con la elección del nuevo decano, promoviendo así un referéndum entre los estudiantes, donde se eligió otro ganador, generándose así un desgobierno y un caos total. Luego el Comité Electoral a través de una serie de observaciones, hace que destituían al decano elegido en Consejo de Facultad, nombrando después el rector como decano interino al profesor más antiguo de la Facultad, el mismo que  había resultado ganador en el referéndum  estudiantil.
Al ocurrir ello el decano “legitimo”  no dejó su cargo, aferrándose más a éste y dándose al final,  una duplicidad en la conducción de la Facultad, es decir existían dos decanos a la vez. ¿A qué se debe todo ello? a la elección indirecta .Ya que  el intento de hacer referéndum era una clara muestra  que la elección del decano debe ser en voto universal y directo, segundo, si la elección del decano fuera directa y universal no hubiera sucedido tal desgobierno, por el contrario la elección del mismo, generó todo esta coyuntura. Además a todo ello se agrega las alianzas frágiles de momento, y la poca legitimidad  de los tercios estudiantiles; al mismo tiempo  los intereses de grupos de estudiantes que se juegan apoyando sus candidatos respectivos. En este sentido una explicación sería que esta elección en dos etapas; en caso de los decanos, además de no permitir la universalidad y el voto directo, condiciona  la proliferación  de alianzas, clientelas etc., ocasionando todos los problemas. En suma, todos estas complicaciones condicionados por el sistema electoral indirecto, conlleva al desgobierno, el desorden, la pérdida de legitimidad de las autoridades, y al caos, que evidentemente son los grandes males de las universidades y otras instituciones del Estado.
Sin embargo, este sistema electoral indirecto no es un caso específico de esta  época, ya las elecciones presidenciales en el Perú hasta  finales del siglo XIX se regía por ello. De la misma forma, este sistema traía consigo una serie de problemas que para la época se denominó como los defectos del sistema indirecto. Y para tener más claro este punto, creemos conveniente recordar, cómo era este proceso, con la intención de mostrar  lo parecido, sobre todo en la forma y no en el fondo. Para el historiador Cristóbal Aljovín[3], el sistema electoral del siglo XIX, hasta la reforma electoral de 1896, se  definía en tres etapas: primero las elecciones se definía a nivel parroquial, donde  la participación de los electores era inclusiva y de amplia base, el  segundo  se definía a nivel de provincia y  por último en la Junta de Calificaciones, es decir el Congreso. En todo este proceso de diferentes elecciones, se va depurando la participación de los candidatos, pero sobre todo de los electores, por una serie de criterios.
A esta forma de elegir se lo ha denominado  como elecciones indirectas, y según el autor mencionado y otros,  este sistema condicionaba la existencia de algunos defectos negativos, a saber: las listas dobles (duplicidades), fraude en las elecciones, violentas batallas por el control de las mesas de sufragio, convirtiéndose todo ello, en un problema de carácter nacional, donde las elecciones del presidente se definían en un medio de violentas  batallas.
Ahora, si empleamos un procedimiento comparativo se pone en manifiesto, que son hechos marcadamente diferentes,  y que a cada uno  de ellos les corresponden espacios y contextos no semejantes. Sin embargo rescatamos lo parecido en la forma del sistema indirecto, de ahí que nuestro interés es mostrar, así como en el siglo XIX el sistema electoral indirecto condicionaba problemas, hoy en pleno siglo XXI  la práctica de un sistema indirecto, sigue generando problemas en espacios  como las universidades. Y a  sabiendas que éste  en el siglo XIX no había funcionado, y por el contrario generaba condiciones para que se den los problemas, y que se había resuelto en cierta medida con una reforma electoral, hoy nos damos cuenta que la puesta en marcha del mismo sistema sigue generando  defectos enumerados como problemáticas, al inicio del presente. Sin embargo, seguimos utilizando el mismo sistema electoral, y al parecer seguirá por mucho tiempo más, porque lo contrario implicaría tocar los cimientos del status quo establecido en San Marcos y otras universidades. Por tanto,  así como en las elecciones del siglo XIX el sistema indirecto traía consigo una serie de problemas, hoy la práctica de la misma, dentro de las universidades sigue acompañado de problemas. Convirtiéndose ésta  en un sistema arcaico, donde encontramos el origen de los defectos, cuyas reglas de juego a nuestro parecer se deben cambiar, para universalizar  y ampliar la masa electoral en la elección del rector y los decanos. De ahí, que el historiador y ex-rector de la Universidad Manuel Burga planteaba en una entrevista el voto universal, y  a lo indicado por el historiador, se debe establecer también el voto directo, para eliminar aunque sea en menor medida estos defectos que se convierte en uno de los problemas más frecuentes  que   tienen las universidades.  Un nuevo sistema electoral, con amplia base en la elección del Rector y los decanos, estableciéndose el voto universal y una elección directa, donde el nuevo sistema de elección evite “intermediaciones que terminan en la venta de votos y manipulaciones[4]



[1] Las clientelas  se entiende como el intercambio de favores, donde participan siempre más de un actor.
[2] Nos referimos a la falta de mecanismos de fiscalización y sanción. La corrupción en el sistema mayor de la sociedad peruana es decir en las prácticas y relaciones concretas entre los actores.
[3] Véase. “Sufragio y participación política: Perú 1808-1896”, en Historia de las elecciones en el Perú. Estudios  sobre el  gobierno representativo, ALJOVÍN DE LOSADA, Cristóbal, LÓPEZ, Sinesio  (ed.) Lima, IEP,2005.Pág.19
[4] La República. Lunes 21 de Junio del 2010. Pág. 4. Entrevista  a Manuel Burga.

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